Qué ver y hacer en Sevilla en 1 o 2 dias

Qué ver y hacer en Sevilla y alrededores en 1 ó 2 días

Sevilla es un museo al aire libre, decir que tiene un color especial sería quedarse corto ya que no solo destacan sus colores, también su arte, su comida, su salero… vamos que Sevilla «está too flama». Si crees que exageramos, no te pierdas la selección de 8 cosas para ver y hacer en tu viaje de fin de semana por la capital de Andalucía. Y si tienes la suerte de contar con más días, sigue leyendo más abajo que continúa.

Las 8 cosas que ver y hacer en Sevilla y alrededores en 1 ó 2 días

A pesar de que en este post intentamos explicarte todas las historias y curiosidades de Sevilla para que no te pierdas nada en tu visita, siempre solemos recomendar un free tour (gratuito) como este, siempre se aprende algo nuevo y te pueden responder las dudas que tengas.

1. Sentirse en Juego de Tronos en el Alcázar

El Alcázar de Sevilla es uno de los tres lugares declarados Patrimonio de la Humanidad que se encuentran en Sevilla. Se trata de un conjunto palaciego por el que han pasado y dejado su huella casi todas las culturas que pasaron por España y que a día de hoy, sigue siendo residencia oficial de los Reyes.

Si no quieres perderte ni un detalle del Alcázar, no dejes de ir a esta visita guiada.

Aunque se han encontrado restos de un edificio romano del siglo I debajo del Alcázar, el edificio se comenzó a construir por orden del califa cordobés Abderramán III en el siglo X para que fuera su residencia fortificada. Posteriormente, fue ampliado y reformado por la dinastía abadí y los almohades en el siglo XII.

Tras la conquista de Sevilla en 1248 por Fernando III, el Alcázar pasó a ser residencia de la corte cristiana y fue en los años posteriores ampliado con palacios de otros estilos, como el gótico, el renacentista o el barroco.

El edificio sigue siendo la residencia oficial de los reyes cuando se alojan en Sevilla, por lo que se considera el Palacio Real en uso más antiguo de Europa. Destacan el Patio de las Doncellas, el Salón de Embajadores (no te pierdas su cúpula y las puertas con arco de herradura) y los inmensos Jardines del Alcázar llenos de agua, azulejos y árboles de todo tipo.

Es posible que los Jardines del Alcázar te resulten familiares, en ellos se rodaron varias escenas de la serie Juego de Tronos para representar los inmensos jardines de Dorne.

2. Impresionarse con la Catedral y la Giralda

Y aquí nos encontramos con el segundo edificio sevillano declarado Patrimonio de la Humanidad y si eso te sabe a poco, se trata también de la catedral de estilo gótico más grande del mundo. El inicio de las obras se desconoce exactamente aunque se cree que fue por 1401 sobre los restos de una antigua mezquita demolida, de la que se conserva el minarete (la Giralda) y el patio (Patio de los Naranjos).

Tras la conquista cristiana de la ciudad, se procedió a consagrar la mezquita mayor que se encontraba en la ciudad. El único cambio que se hizo fue incorporar una Capilla Real para enterrar los restos de monarcas como Alfonso X o Fernando III (hoy en día se encuentran también los restos de Cristobal Colón). Tras un terremoto en 1356, la mezquita quedó bastante afectada y se empezó a pensar en la construcción de una catedral.

La Giralda no tiene escaleras, sino 34 rampas. Usadas, según la leyenda, por el encargado de llamar a la oración para subir a caballo. Le daría pereza al hombre subir todos los días.

Uno de los restos de la antigua mezquita que se conservan es su minarete, La Giralda. Esta torre se hizo a semejanza de la de la mezquita Kutubia en Marrakech y tras la conquista cristiana, se pasó como era habitual a colocar campanas sobre la torre y a poner una veleta que representaba el Triunfo de La Fe y llamado «Giralda» de la que obtiene la torre su nombre. Para diferenciarlos, se le puso de nombre a la veleta «Giraldillo».

3. Entrar en el Archivo de Indias

Y llegamos al tercer y último monumento Patrimonio de la Humanidad de Sevilla. El Archivo General de Indias fue una iniciativa de Carlos III en 1785 cuya intención era centralizar toda la documentación que venía de los territorios de ultramar, ya que hasta entonces se encontraban distribuidos entre Cadiz, Simancas y Sevilla.

Por qué Sevilla y no Madrid que era la capital? Pues porque tras la conquista de América, la monarquía le dio al puerto de Sevilla la exclusividad en el comercio con el continente. Su interior tiene 9 km de estanterías y unos 43.000 legajos junto a 8.000 mapas.

4. Perderse por el barrio de Santa Cruz

Probablemente el barrio que más historia contiene de toda Sevilla. Entre este barrio y el de San Bartolomé es donde se encontraba antiguamente la judería, creada tras la conquista de la ciudad por Fernando III en 1248. Fernando III y Alfonso X les cedieron tres mezquitas a los judíos para que fueran sinagogas como gesto de buena fé.

Debido a la cercanía con la realeza y el poder de muchas familias judías que vivían en este barrio, se empezó a generar un odio hacia estos que culminó en la Revuelta antijudía de 1391 donde unos 4000 judíos murieron asesinados.

Tras esta masacre, las sinagogas que se habían cedido anteriormente fueron convertidas en iglesias, uno de los templos que aún se conservan es el de la iglesia de Santa María la Blanca (una preciosidad por dentro).

5. Buscar el reflejo de la Torre del Oro

A pesar de su nombre, la torre no es de oro (si, creo que todos nos hemos llevado una decepción la primera vez), este nombre se lo dieron los árabes debido al reflejo dorado que proyecta sobre el río Guadalquivir. Se trata de una estructura con una funcionalidad defensiva y era parte de las murallas de la ciudad.

Existe una leyenda que dice que había una enorme cadena que llegaba hasta una torre al otro lado del río, en el barrio de Triana, y que la función de la Torre del Oro era la de bloquear el río e impedir ataques por vía marítima.

Esta leyenda se basa en una falsa interpretación de un texto de las crónicas de Alfonso X, que hablan de que existía una cadena en el río, pero cuya función era la de sujetar unas barcas que servían como puente flotante.

6. Pasear por la Plaza de España y el Parque de Maria Luisa

A pesar de ser un edificio de reciente construcción (principios del siglo XX), no te dejará indiferente. Fue construida para la Exposición Iberoamericana de 1929 y su forma semi-elíptica orientada hacia el Guadalquivir, simboliza un abrazo de España a sus antiguos territorios de América (los barcos partían del Guadalquivir).

Como curiosidad, tiene 48 bancos con azulejos que representan un momento histórico representativo de cada provincia española. Al lado de la plaza se encuentra el Parque de Maria Luisa, un respiro verde y un sitio donde relajarse en los calurosos veranos de Sevilla. Dentro del parque se encuentran un par de museos y una estatua de Bécquer, el famoso poeta Sevillano.

7. Cruza el puente de Isabel II y llega a Triana

El puente de Isabel II, se construyó durante la época de esta reina para sustituir al antiguo puente de barcas que existía aquí (y del que hemos hablado antes). Este puente, conocido popularmente como el Puente de Triana, es el puente de hierro más antiguo de España y unía la entrada de la muralla de Sevilla con el castillo de San Jorge en Triana.

Una vez cruzado el puente llegarás al barrio de Triana, uno de los más famosos y flamencos de Sevilla. Este barrio fue tradicionalmente el hogar de marineros, obreros y de una gran comunidad Gitana. Estos últimos fueron los que propulsaron la artesanía y el flamenco en la zona, que se han convertido en la seña de identidad del barrio.

El barrio no tiene muchos puntos turísticos para visitar, pero merece la pena darse la vuelta por él, pasarse por su mercado y visitar algún taller de cerámica. La calle Betis es perfecta para tomarse algo y tapear un poco mientras hacemos tiempo para ir a un espectáculo flamenco por la noche.

8. Subir a las Setas de Sevilla (Metropol Parasol)

La polémica estructura de madera de unos 28 metros de altura, se ha convertido en poco tiempo en uno de los sitios más visitados de Sevilla. Inaugurada en 2011, su diseño se inspira en las bóvedas de la catedral, la realidad es que se parecen más a unas setas por lo que pronto se le empezó a conocer popularmente como «Las Setas».

En la parte de arriba se encuentra un mirador que te permite pasear por los diferentes pilares y te deja unas vistas panorámicas de Sevilla. Es un buen lugar para tomar una foto con la catedral de fondo rodeada de un estilo moderno que rompe con el clásico sevillano.

⭐ Qué ver y hacer en Sevilla y alrededores en 3 ó 4 días

Si tienes la suerte de contar con más días para pasar en esta preciosa ciudad, no te preocupes, tenemos planes extra para que no te aburras y la exprimas al máximo.

⭐ Viajar a la antigua Roma en Itálica

A unos 10 km de Sevilla se encuentran los restos de Itálica, una antigua ciudad romana. Esta ciudad tuvo su importancia ya que fue la primera ciudad romana fundada en Hispania y donde nacieron dos de los emperadores romanos: Trajano y Adriano.

Durante los siglos XVIII y XIX fue objeto de un expolio continuado y fue usada también como cantera de materiales para la construcción de diques y caminos. Entre los restos que aún se conservan, se encuentran varios mosaicos, termas y un anfiteatro.

⭐ Entrar en la icónica Basílica de la Macarena

La Basílica de la Macarena (nombre completo: «María Santísima de la Esperanza Macarena»), se encuentra en el casco antiguo de Sevilla. A pesar de ser un templo de reciente construcción (sus obras se empezaron en 1941), tiene en su interior la imagen de la Esperanza Macarena, que tanta devoción causa en la Semana Santa sevillana.

Si te sobra tiempo no dejes de darte una vuelta por este barrio, te encontrarás con los restos de la antigua muralla de Sevilla (de la última ampliación del siglo XII), que sobrevivieron a la destrucción del siglo XIX.

Junto a la Muralla se encuentra también una de las puertas de acceso a la ciudad, la puerta de la Macarena, al lado de la Basílica. Si sigues la muralla desde la puerta de la Macarena, llegarás a otra de las puertas de entrada que aún se conservan, la puerta de Córdoba, siendo este el tramo de muralla que mejor se conserva en la actualidad.

⭐ Sentirte en el Renacimiento en la Casa de Pilatos

Este palacio, construido en el siglo XV, es una preciosidad por la combinación que tiene de estilos autóctonos como el mudéjar y el renacentista proveniente de Italia. A pesar de su sobria fachada, en su interior encontrarás un estilo que te trasladará a la antigua Roma.

La historia de cómo se llegó a esta mezcla de estilos es bastante curiosa. Fadrique Enríquez (marqués de Tarifa), cuyos padres mandaron construir el palacio, peregrinó hasta Jerusalén en 1518. Durante su viaje pasó por varios países, entre ellos Italia donde pretendía navegar desde el puerto de Venecia hasta Tierra Santa.

Durante su breve paso por Italia, quedó tan maravillado con el estilo que se estaba desarrollando allí, que a la vuelta de su viaje, en vez de volver a Sevilla, decidió recorrer toda Italia parando a visitar sus obras de arte más famosas. A su vuelta a Sevilla, reformó su palacio Mudéjar e incorporó elementos renacentistas en él.

⭐ Ver arte barroco en el Museo de Bellas Artes de Sevilla

Si te gusta el arte clásico, éste es tu sitio. El Museo de Bellas Artes contiene una de las colecciones de arte más importantes de España. Creado en el siglo XIX, contiene una gran variedad de cuadros pertenecientes al barroco sevillano, con artistas como Zurbarán o Murillo y otro tanto de la pintura andaluza del siglo XIX.

⭐ Disfrutar del flamenco

Y como no, para terminar nuestra lista, no te puedes perder una actuación de flamenco en tu viaje. Si tienes suerte, puedes verlos al aire libre en Plaza de España, donde a veces realizan actuaciones (aunque no he llegado a encontrar los horarios, si los hay).

Tienes varias opciones para no perdértelo, una de ellas es pasearte por Triana y entrar por la noche en uno de los bares flamencos que hay por los alrededores de la calle Betis. Los más típicos son: el Mantoncillo, Lo Nuestro y Lola Cazerola donde fuimos nosotros un par de noches a cenar y disfrutar de las noches de flamenco improvisadas.

Si no te apetece salirte del centro, también tienes un par de bares flamencos. Los más conocidos son: La Carbonería y Los Corralones.

Si no te la quieres jugar y prefieres más un espectáculo flamenco (recuerda que en los bares flamencos no siempre hay actuación), tienes también varias opciones. Las más recomendadas son: el Tablao Palacio Andaluz, el Tablao Pura Esencia en Triana, el Tablao Baraka Sala también en Triana y el Museo del Baile Flamenco más céntrico.

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